Autoestima

¿La inseguridad no te deja tomar decisiones en momentos cumbre? ¿En situaciones de estrés la ansiedad no te deja actuar? ¿Te cuesta trabajo confiar en ti mismo(a)? Para que puedas afrontar estos obstáculos, te puede ayudar aprender a entender y a empatizar con tu “yo interior” en toda su complejidad y diversidad. Por esa razón, es importante tener en cuenta que lo que pensamos sobre nosotros mismos va a influir en nuestra vida cotidiana, influyendo en la forma en que nos percibimos y enfrentamos los desafíos.

En primer lugar, vamos a determinar qué es y cómo mejorar la autoestima.

Se trata de la valoración y percepción que tenemos de nosotros mismos, afectando nuestra autoconfianza, toma de decisiones y bienestar emocional. Una autoestima saludable no solo nos brinda la capacidad de enfrentar situaciones difíciles con mayor resiliencia, sino que también impacta positivamente en nuestras relaciones interpersonales y en el logro de metas personales y profesionales. Comprender la importancia de cultivar una autoestima positiva es esencial para fomentar un desarrollo personal satisfactorio y una vida plena.

La autoestima es la valoración y percepción que tenemos de nosotros mismos, de nuestras capacidades, cualidades y defectos. Es un aspecto fundamental de nuestra salud mental, ya que influye en cómo nos sentimos, en nuestra autoconfianza, en cómo nos relacionamos con los demás y en cómo afrontamos los desafíos vitales.

El estudio de la autoestima desde el enfoque de la psicología humanista ha sido enriquecido por destacados psicólogos como Abraham Maslow, William James y Carl Rogers. Maslow, al formular su jerarquía de necesidades, resaltó la autoestima como un pilar esencial para alcanzar la autorrealización.

William James concluyó que la relación entre las metas propuestas realistas y la autoestima es muy estrecha y abogaba por establecer objetivos que fueran alcanzables, ya que el logro de metas contribuye significativamente al fortalecimiento de la autoestima. Desde la perspectiva de James, el equilibrio entre desafío y realización personal es crucial para cultivar una autoestima saludable y sostenible. 

Por su parte, Carl Rogers, con su enfoque centrado en la persona, subrayó la relevancia de la autoestima para el desarrollo personal, haciendo hincapié en la autenticidad y aceptación de uno/a mismo/a como claves fundamentales. Desde estas perspectivas, se destaca la autoestima como un elemento vital para el bienestar psicológico y la realización personal.

En este artículo voy a explicarte qué es la autoestima, cómo se forma y cómo puedes desarrollarla desde la psicología humanista. También te hablaré de dos modelos de terapia que te ayudarán a averiguar cómo mejorar la autoestima: la Terapia IFS y la Terapia Gestalt.

¿Cómo se forma la autoestima?

La autoestima no es algo fijo e inmutable, sino que se va construyendo a lo largo de la vida, en función de las experiencias que vivimos y de las personas con las que interactuamos y nos vinculamos. Desde que nacemos, recibimos mensajes sobre nosotros mismos, sobre nuestro valor, nuestro aspecto, nuestra inteligencia, nuestra habilidad, etc.

Todos estos mensajes, positivos y negativos, provienen de nuestro entorno, de la familia, de nuestros amigos, de nuestros profesores, de los medios de comunicación, etc. y van conformando nuestra imagen de nosotros mismos, de cómo nos vemos y nos percibimos. Esta imagen subjetiva será más o menos realista, más o menos distorsionada.

El nivel de autoestima también depende de tus expectativas y metas personales. Si te marcas objetivos razonables, y los vas logrando, notarás tu autoestima reforzada. Si te pones objetivos demasiado altos o bajos, o si no haces nada por conseguirlos, tu autoestima se verá afectada.

¿Cómo mejorar la autoestima desde la psicología humanista?

La psicología humanista propone una visión positiva del ser humano que parte de la idea fundamental de que todos/as tenemos un innato potencial para crecer y desarrollarnos como personas. La psicología humanista considera que cada persona es única y compleja, que tiene un valor intrínseco y que tiene derecho a ser feliz y a realizarse.  Este enfoque contrasta con la perspectiva patológica que busca categorizar a las personas en términos de trastornos y síntomas.

Como sostenía el psicólogo Carl Rogers, la congruencia, aceptación incondicional y la empatía son fundamentales para cultivar un vínculo terapéutico que propicie el autoconocimiento, la autorreflexión y la transformación positiva del individuo. Desde esta perspectiva, trabajar la autoestima implica practicar la aceptación incondicional de uno/a mismo/a, reconociendo nuestra complejidad, llena de imperfecciones y virtudes. En definitiva, su visión concluye que la autoestima florece cuando nos aceptamos sin juzgarnos, y, sin duda, comparto esta idea.

Si quieres descubrir cómo mejorar la autoestima desde la psicología humanista, es importante que tengas en cuenta los siguientes principios como guía fundamental en tu proceso de autodescubrimiento:

Aceptación incondicional

Es la actitud de aceptarnos tal y como somos, sin juzgarnos ni criticarnos. Es reconocer que somos seres humanos imperfectos, que cometemos errores, pero que también tenemos virtudes y capacidades. Es respetar nuestra esencia y nuestra individualidad.

Autoconocimiento

Es el proceso de explorar y comprender nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales, motivaciones, necesidades, valores, creencias, etc. Es descubrir quiénes somos, qué queremos y qué nos hace felices. Es ser conscientes de nuestras potencialidades y limitaciones.

Autenticidad

Es la capacidad de ser nosotros mismos, de expresar lo que pensamos y sentimos, de actuar de acuerdo con nuestros valores y principios. Es ser congruente con lo que pensamos, decimos y hacemos, con lo que somos y lo que mostramos a los demás. Es ser fieles a nuestra identidad y a nuestra vocación.

Responsabilidad

Es la habilidad de asumir las consecuencias de nuestras acciones, de tomar decisiones por nosotros mismos, de elegir nuestro camino. Es ser dueños de nuestra vida, de nuestro destino, de nuestro bienestar. Es ser agentes activos de nuestro desarrollo personal.

Crecimiento

Es el proceso de mejorar como personas, de aprender de nuestras experiencias, de superar nuestros obstáculos, de alcanzar nuestras metas (realistas). Es buscar el sentido de nuestra existencia, el propósito de nuestra vida, la realización de nuestro potencial.

Dos modelos de terapia humanista que te ayudarán a mejorar tu autoestima: la Terapia IFS y la Terapia Gestalt

Gracias a la contribución de los psicólogos pioneros como William James, Carl Rogers y Abraham Maslow la psicología humanista ha seguido evolucionando hasta el día de hoy con distintos modelos terapéuticos. A continuación, te muestro dos de estos modelos con los que trabajo y que responden a la pregunta de cómo mejorar la autoestima y que son la Terapia IFS de Richard C. Schwartz y la Terapia Gestalt de Fritz Perls. Si quieres más información de estos modelos clica en los enlaces.

La Terapia IFS brinda una valiosa herramienta para desarrollar la autoestima y promover el crecimiento personal. Este enfoque revolucionario explora las diversas partes internas o subpersonalidades de la psique, reconociendo su individualidad, cada una de ellas con sus propias emociones, creencias y funciones y, al mismo tiempo, siendo guiadas hacia una armoniosa integración interna por la presencia central del Self o Yo esencial. Al facilitar que estas partes se comprendan, se escuchen y se relacionen entre sí de manera más saludable, la Terapia de los Sistemas de Familia Interna (IFS) proporciona un camino transformador hacia la coherencia interna y la autorregulación emocional, permitiendo que la persona alcance un mayor bienestar psicológico.

Con la Terapia Gestalt mejoramos nuestra autoestima al fomentar el autoconocimiento, la autenticidad, la responsabilidad y la creatividad. Para ello, esta opción terapéutica nos propone vivir en el presente, tomar conciencia, expresar nuestras emociones, aceptar nuestra realidad, resolver nuestros conflictos y elegir libremente.

En la Terapia Gestalt la focalización en la conciencia del momento presente y la asunción de responsabilidad personal se convierten en elementos fundamentales para el desarrollo de una autoestima saludable. Al dirigir la atención hacia el aquí y ahora, se busca que la persona tome consciencia de los patrones de pensamiento y comportamientos que pueden limitar su autoimagen y bienestar emocional. Este enfoque proactivo hacia la responsabilidad personal impulsa a la persona a reconocer y modificar aquellas actitudes y acciones que obstaculizan el autocuidado y la satisfacción personal. Al integrar estos principios, la Terapia Gestalt contribuye al fortalecimiento de la autoestima, alentando a las personas a abrazar su autenticidad, atender a sus necesidades y asumir un papel activo en su propio crecimiento y desarrollo.

Si quieres aprender a quererte más y mejor, te animo a contactar conmigo. Soy Roser Güell, Terapeuta IFS en Barcelona y experta en Terapia Gestalt. Te ofrezco un espacio seguro y respetuoso para expresarte libremente tus pensamientos y emociones sin juicio, fomentando así un espacio de apertura y respeto para tu autenticidad. Puedo ayudarte en tu proceso de desarrollo personal y profesional.